Libreto para obra de teatro de: Charly y la fábrica de chocolate.

 

Resumen de: “CHARLIE Y LA FÁBRICA DE CHOCOLATES”

Autor: Roald Dahl

Personajes principales:

Charlie Bucket

Willy Wonka (dueño de la fábrica)

El abuelo Joe

Personajes secundarios:
• Augusto Gloop: niño glotón
• Veruca Salt: niña mimada por sus padres
• Violeta beauregarde: una niña que masca chicle todo el día
• Mike Tevé: niño que ve todo el día televisión.
• Los padres de Charlie.
• Los otros abuelos de Charlie: George, Georgina, Josephine.
• Los padres de los otros chicos.
• Los Oompas Loompas.

Lugar: la ciudad donde se encuentra la fábrica.

Tiempo: en invierno, en el cumpleaños de Charlie y después el 1 de febrero.

 

CAPITULO UNO

La familia de Charlie era muy pobre, apenas tenían para comer. Vivían en una casa pequeña de dos habitaciones. En una dormían los cuatro abuelos en una cama. En la otra Charlie con sus padres en un colchón en el piso. La peor tortura para Charlie era que en la ciudad donde vivía, había una fábrica de chocolates. Todo el día había olor a chocolate en el aire. Eso le daba más hambre.

CAPITULO DOS

A Charlie le gustaba escuchar historias que sus abuelos le contaban. Una de ellas fue sobre el dueño de la fábrica, Willy Wonka. Para ellos era un genio y la fábrica hacía los mejores chocolates. En uno de esos cuentos un príncipe indio buscó a Wonka para que le construyera un castillo de chocolate. Lo hizo, pero se derritió muy rápido.

 

 Los abuelos le contaron que hacía diez años que Wonka no salía de su fábrica. Que no se veía entrar ni salir a nadie de ella. Todo había ocurrido porque los dueños de otras fábricas habían metido empleados como espías para robarle los secretos de los chocolates. Entonces Wonka decidió correr a todos sus empleados. Nadie sabía desde ese momento quienes trabajaban como obreros. Solo se veían pequeñas sombras en las ventanas de la fábrica.

 

CAPITULO TRES

En ese momento llegó el padre de Charlie con el periódico leyendo que la fábrica se abriría para unos cuantos afortunados.

Willy Wonka había escondido 5 boletos dorados en el interior de sus chocolatinas. Los 5 chicos que los encontrasen podrían entrar a la fábrica por un día. Además, les daría de regalo chocolates gratis para toda la vida. Para Charlie era importante encontrar uno de esos boletos para evitar que su familia siguiese con hambre. Pero solo le daban un chocolate al año, para su cumpleaños debido a que eran muy pobres.

 

CAPITULO CUATRO

El primer chico que encontró el boleto fue Augusto Gloop, un niño de 9 años muy gordo que le encantaba comer. Un día antes del cumpleaños de Charlie, otra niña encontró el segundo boleto. Era Veruca Salt. Una niña a la que los padres malcriaban. Había comprado miles de chocolatinas.

 

El día del cumpleaños de Charlie le dieron su chocolatina, pero la misma no tenía el boleto. Otros dos chicos encontraron ese día dos boletos más. Eran Violet Beauregard y Mike Tevé. La primera era una niña que masticaba todo el tiempo un chicle que tenía hacía tres meses. Cuando no lo usaba se lo pegaba detrás de la oreja. El otro niño se pasaba todo el día mirando televisión. Quedaba solo un billete.

CAPITULO CINCO

El abuelo Joe le dio a Charlie sus ahorros a escondidas para que comprase otro chocolate. Pero no tuvieron suerte. El padre de Charlie perdió su trabajo en la fábrica de dentífricos. La familia comenzó a pasar más hambre. Era pleno invierno. Ya habían pasado varias semanas del cumpleaños de Charlie. Una tarde cuando Charlie volvía de la escuela encontró en la calle una moneda. De tanta hambre decide comprarse dos chocolates. En el segundo encontró el último boleto.


Charlie regresó a la casa y se lo contó a la familia. Leyeron el boleto y se enteraron por él que podía ir acompañado por uno o dos familiares y que cada vez que se quedasen sin chocolate con el boleto dorado podía ir a pedir más. La entrada a la fábrica sería el 1 de febrero que era el día siguiente. Todos decidieron que quien acompañaría a Charlie sería el abuelo Joe.

 

 

 

 

 

CAPITULO SEIS

Llegado el día todos los niños fueron con sus padres menos Charlie que fue con su abuelo. Wonka los recibió en la puerta de la fábrica. Llevaba un sombrero, un saco de terciopelo color ciruela, pantalones verdes, guantes, un bastón, y una pequeña barba.

 

Todos ingresaron en la fábrica. Eran 9 y Wonka. Dentro hacía mucho calor. Wonka les explicó que era porque sus empleados debían tener temperaturas altas o se morirían. Caminaron hasta llegar al “RECINTO DE CHOCOLATE”. En este recinto todo era comestible: río de chocolate derretido, cascadas de chocolate, árboles y pasto comestible. Ahí conocen a los empleados: eran los Oompas Loompas.

CAPITULO SIETE

Los Oompas Loompas eran pequeños hombrecitos que Wonka había traído de África, luego de cerrar su fábrica por los espías. Como a ellos les encantaba el cacao que es de donde se hace el chocolate y no podían conseguir mucho en África, Wonka les ofrece que les dará todo el cacao si trabajaban para él. Estos aceptan y se los lleva a trabajar a todos a su fábrica.

 

Augusto Gloop por ser tan glotón se pone a tomar chocolate derretido del río y se cae en él. Luego unos tubos lo succionan y se lo llevan a otra parte de la fábrica. Wonka ordena a uno de sus Oompas Loompas que lleve a los padres de Augusto a esa zona para que lo recuperen. Los otros Oompas Loompas cantan y dicen que Augusto tendrá una lección: que comer tantos dulces no es bueno y que saldrá más flaco.

CAPITULO OCHO

Siguieron el paseo y se fueron por el río en un barco hacho de caramelo rosa. Los que remaban eran muchos Oompas Loompas. Llegaron a una habitación nueva: “SALA DE INVENCIONES”. Allí Wonka les enseñó unos caramelos que son eternos para los niños que reciben poco dinero.

 

Además, les muestra un toffee (chocolate) capilar que, al comerlo hacía crecer el pelo. En esa pieza había también una máquina de chicle. Este aparato fabricaba una tableta de chicle gris que contenía todas las comidas del día.

 

 

 

 

 

 

CAPITULO NUEVE

Violeta por ser tan fanática del chicle le quita a Wonka la tableta y la mastica. Como no estaba terminada, Violeta comienza a ponerse morada y se hincha como un globo. Wonka les ordena a los Oompas Loompas que la lleven rodando a la sala de exprimidos y que la exprimiesen.

Se van con los padres de ella. Los Oompas Loompas cantan y dicen que la chica aprenderá una lección: que masticar tanto chicle no es bueno.

Continuaron el paseo por otras habitaciones hasta llegaron a una donde había 100 ardillas. Estas se ocupaban de separar las nueces enteras de sus cáscaras. Primero las golpeaban con sus dedos para ver si no estaban huecas y si eran buenas las separaban y si eran malas las tiraban en un pozo.

CAPITULO DIEZ

Veruca se encapricha con tener una de esas ardillas amaestradas e ingresa a la habitación para agarrar una. Las ardillas se enojan, una le golpea la cabeza para ver si estaba hueca y deciden todas tirarla en el pozo. Luego el padre y la madre de la niña son empujados por las ardillas también. Los Oompas Loompas cantan y dicen que aprenderán una lección los padres: que no es bueno malcriar tanto a los hijos y que la niña aprenderá que no siempre se puede tener todo lo que se le antoje.

 

Continúan el paseo y suben en un ascensor de cristal lleno de botones en las paredes y en el techo. Con él se podía ir en todas las direcciones: arriba, abajo, a los lados, en diagonal. Cada botón llevaba a un lugar diferente de la fábrica. Wonka les permite a los niños que quedaban que presionen un botón. Mike Trevé elige un cuarto que tenía televisores.

 

CAPITULO ONCE

Llegan a la habitación. Era toda blanca y tenía en una punta una cámara para filmar. En la otra punta había una televisión. Charlie les explica que mediante este invento se podría enviar chocolate a través de la televisión. Primero se debía filmar un chocolate que debía ser más grande de lo normal. Después este se dividía en millones de partes pequeñas que viajaban por el aire hasta llegar a una antena de tele. Mike Tevé pregunta si se podría enviar a personas. Wonka le dice que nunca probaron.

Mike corre hasta el frente de la cámara se filma para ser el primer humano en ser enviado por tele. Pero cuando llega a la tele se había hecho muy pequeño, medía 2 cm. Wonka le ordena a un Oompa Loompa que los lleven a la habitación para estirar chicles, para hacerlo grande de nuevo y después como quedaría flaco le darían un caramelo que lo haría engordar. Se van los padres también. Los Oompas Loompas cantan y dicen que aprenderá una lección: que ver tanta televisión es malo.


CAPITULO DOCE

Solo queda Charlie y el abuelo Joe. Wonka se pone contento y los lleva en su ascensor de cristal hasta arriba y fuera de la fábrica. Rompen el techo y quedan volando como un helicóptero. Desde allí ven a los otros niños que se iban a sus casas. Bajan y los ven. Augusto salió más flaco, Violeta estaba desinflada pero morada, Veruca toda sucia, y Mike medía tres metros. Todos se iban con sus camiones de chocolate como Wonka había prometido.

 

Vuelven a subir en el ascensor y Wonka le dice a Charlie que por ser el último en quedar era el ganador. Que de premio le regalaba la fábrica de chocolate. Le cuenta que era muy viejo y que no tenía familia ni herederos. Por eso había hecho ese concurso. Como Charlie fue el ganador Wonka decide traer a toda la familia a vivir a la fábrica hasta que sea grande. De esta manera todos lo ayudarían a manejar la fábrica.

Buscaron a la familia y los metieron a todos en el ascensor y a los otros abuelos con todo y cama junto con los padres de Charlie, y así se cambian de casa.

FIN.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

CUENTO DANIEL Y LA GRIPE.

CUENTO: LA NIÑA DE LOS FÓSFOROS.