CUENTO SOBRE EL RESFRIADO Había una vez un niño que se enfermó. Tenía que estar todo el día en la cama sin poder moverse mucho. Tenía fiebre, tos, muchos mocos y a veces le dolía un poco la tripa. Y como estaba malito, no podía ir al colegio porque si no se podían contagiar los otros niños. Como los niños no podían acercarse a él, le daba mucha pena, y empezó a dejar pasar los días tristes, mirando el cielo a través de la ventana. Él quería jugar con sus amigos, quería ir al colegio, pero su madre le explicaba que debía quedarse en casa para curarse bien. Pasó algún tiempo, y cada día estaba un poquito más triste, hasta que un día mirando por la ventana vio una extraña sombra fuera: era un pingüino comiendo un bocata de chorizo, que entró a la habitación, le dio las buenas tardes, y se fue. El niño quedó muy extrañado, y aún no sabía qué habría sido aquello, cuando vio aparecer por la misma ventana un mono en pañales inflando un globo. Al principio el niño se pregunta